Esta fue una colaboración que hice para Revista Pioneros hace ya unos años, y hoy la presento actualizada con últimos datos, dignos de un Expediente X de Cancún, recopilados por el periodista Héctor Aguilar Zaldívar, El Ave Picuda (1957-2013).

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No hubo pillaje ni robos a los supermercados, a diferencia del huracán Wilma
Falso. Sí los hubo. Aunque en mínima proporción. En fechas posteriores al paso del ciclón, la cárcel municipal de Cancún aumentó su número de reclusos en 222, todos por el delito de robo.
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El ojo del huracán pasó directo sobre Cancún
Falso. El diminuto ojo de Gilberto pasó primero sobre la zona norte de la isla de Cozumel, e impactó entre Puerto Morelos y Playa del Carmen, para seguir su viaje hacia Yucatán y el Golfo de México.
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El barco Portachernera I, era MUY probablemente utilizado como nave espía cubana, según el libro 60 Horas con Wilma de Fernando Martí
Falso. Ramón Patrón, Secretario del Ayuntamiento Benito Juárez en ese entonces, nos comenta que él mismo subió al barco, y conoció a los tripulantes. “Los aparatos más sofisticados, sin duda eran los climáticos, el barómetro, barógrafo y anemómetro que registraron los vientos del huracán. Por lo demás, era un barco de características normales, con una bodega enorme para congelar el pescado. No existieron “ojones” ni personas misteriosas trajeadas que impidieran el acceso al barco”. Por lo que podemos apreciar, Fernando Martí acepta cualquier información que le pasen y la valida como cierta, algo irresponsable siendo periodista.

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La primera alerta de huracán en Cancún se dio el mismo día 13 de septiembre, a pocas horas del impacto
Ramón Patrón nos confirmó que la junta del Ayuntamiento celebrada ese martes 13 de septiembre a las 8:30 hrs, dio inicio a la movilización y preparación de la ciudad ante la tormenta.
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Wilma (2005) fue un huracán más potente que Gilberto al pasar sobre la Península de Yucatán
Falso. Gilberto penetró la Península como huracán categoría 5 en la escala Saffir-Simpson, con vientos superiores a los 320 Km/h, mientras que Wilma lo hizo con categoría 4, con vientos que fluctuaban los 240 km/h. La diferencia radicó en las horas que se mantuvieron en la zona norte de Quintana Roo ambas tormentas. Gilberto menos de 12 horas, Wilma aproximadamente 60 horas.
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Gilberto fue un huracán “seco” pues no trajo nada de lluvia
Efectivamente, el huracán del siglo XX no venía cargado de agua, al menos en la zona de Cancún, pues estudios del CNH muestran en las gráficas un total de 13.78 pulgadas de lluvia en la zona de Chicxulub Yucatán. Lo mortífero del Gilberto fueron sus potentes vientos y la marejada de tormenta provocada por su arribo a la costa.

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El suministro de energía eléctrica y agua potable tardó mucho tiempo en reactivarse
A pesar de la diferencia de épocas, hay que considerar que en 1988 se contaban con aproximadamente 8 mil cuartos de hotel en Cancún, y poco más de 150 mil habitantes. Ramón Patrón nos comenta que fue intenso el trabajo, destacando la labor del entonces gobernador Miguel Borge Martín, quien comenta, fue importante para la reconstrucción y levantamiento de la ciudad. En aproximadamente 15 días la ciudad contaba ya en su mayoría con los servicios básicos de electricidad y para el 19 de septiembre el suministro de agua potable estaba al 100%.
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La zona hotelera tardó mucho en reanudar operaciones
Si comparamos con Wilma, fueron tiempos similares para que la ciudad volviera a funcionar lo más normalmente posible.
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Hubo muchos muertos en Cancún. Se veían camiones del ejército cargando bolsas con cadáveres en ellos
Falso. Ramón Patrón nos confirma, como secretario general del Ayuntamiento, que sólo se reportaron oficialmente 2 muertes en Cancún, por la caída de una barda. Hubo también un naufragio de 7 pescadores de Isla Mujeres. Él mismo fue a supervisar el rescate de los cadáveres, frente a lo que hoy es el muelle de Ultramar en Puerto Juárez.

Actualización: Desde que era pequeño, mi padre me hablaba de esas bolsas con cadáveres transportadas en camiones desde Puerto Juárez, y el hedor a podrido que despedían. Hoy puedo confirmar que ni mi padre ni mi tío -que lo acompañó a limpiar nuestra casa- estaban equivocados. Gracias a la cobertura periodística de Héctor Aguilar, y publicado en su libro Cancún visto desde Cancún, el anecdotario, llegó hasta nuestros días la tragedia de El Triunfador, un barco que naufragó en nuestras costas. Esto presenta un hecho interesante de «documento clasificado» que, a todas luces, se ocultó a las noticias y a la opinión pública. En la entrevista que tuve con el lic. Patrón, no habló de ello, y después me comentó que no se contaron como muertes oficiales porque no eran de Cancún, todos eran pescadores fuereños. Sea cual sea la razón, aquí presento el fragmento del libro, donde Héctor fue testigo presencial de los hechos:
La peor desgracia ocurrió en el barco con el título El Triunfador, de mayor calado. En el puerto de abrigo de Isla Mujeres chocaban entre sí distintas naves, y al ver salir al Portachernera I enfrentando el mar, muchos tripulantes de otras embarcaciones optaron por pasarse a El Triunfador, pensando que resistiría por ser mayor.
No hubo coordinación a la hora de soltar amarras. Los motores los prendieron demasiado tarde y no aguantó el embate del oleaje, hasta que volteó. La mayoría de quienes ahí buscaron protegerse eran personas procedentes de los estados de Veracruz, Campeche y Tabasco.
Hallamos cuerpos flotando, revueltos entre la arena, y otros dentro del navío que simulaba un gran ataúd.
El espacio en el Servicio Médico Forense fue insuficiente: conté 52 cadáveres que trasladaron hacinados en camionetas, pero debieron ser más. Luego los enviaron a sus respectivas familias, fuera de Cancún.
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La información oficial del Centro Nacional de Huracanes pone a Gilberto con vientos máximos de 295 km/h, pero las mediciones del barco cubano Portachernera I dicen 375km/h. ¿A quién creer?
Los ciudadanos cancunenses, y la prensa local toman los datos que se recolectaron de este barco cubano, considerados los más exactos en tierra sobre la fuerza de este huracán. Lo curioso es que, el Centro Nacional de Huracanes, organismo estadounidense designado por la Organización Meteorológica Mundial para el estudio de los sistemas tropicales en el Atlántico Norte, no consideró estos datos, poniendo en su archivo oficial, al Gilberto una máxima de 295 km/h. Es de suponer que la brecha política entre ambos países traspasa incluso los ámbitos climáticos.


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